Balussi, quien creció como hijo de un carpintero en una comunidad de productores de maíz en Argentina, fundó Agrobit, una compañía tecnológica que comenzó con software agrícola hace 40 años y en 2019 empezó a usar IA y aprendizaje automático para armar el primer sistema agrícola inteligente del país. Agrobit trabajó con Microsoft para construir una plataforma personalizable en Azure y acelerar su certificación y entrada en el mercado con el fin de poder llevarla a los agricultores y viticultores más rápido. Microsoft ya tenía experiencia en la industria a través de sus programas Proyecto FarmBeats y Proyecto FarmVibes, que utilizan sensores, drones, satélites, tractores conectados y otros equipos agrícolas para transmitir información a herramientas y algoritmos impulsados por IA y convertir los datos en inteligencia. Microsoft anunció recientemente Microsoft Azure Data Manager of Agriculture, una solución comercial desarrollada sobre la base de Project FarmBeats. La tecnología agrícola ayuda a campos de todos los tamaños, de familiares a grandes cooperativas, a todos los niveles de la cadena alimentaria, desde el back-end (presupuestos, facturas y trazabilidad) hasta el trabajo en los propios cultivos, dice Avalis. Con la plataforma de Agrobit los agricultores pueden manejar diferentes escenarios para años secos o húmedos y añadir factores como regulaciones gubernamentales cambiantes, valoraciones de mercado y tipos de cambio de divisas, en combinación con todos los requisitos específicos de siembra y cosecha para cada tipo de cultivo, así como elaborar rápidamente planes y presupuestos, explica Avalis. El sistema puede incluso sugerir un tipo diferente de cultivo que podría funcionar mejor para una determinada temporada en función de todos esos parámetros. Y las aplicaciones funcionan tanto en computadoras de oficina conectadas a la red, como en dispositivos no conectados en el campo. Juan Martín Millet, de 43 años, es un agricultor de cuarta generación que vive y trabaja cerca de Rosario, en la pampa húmeda argentina, una región muy fértil donde Millet cultiva trigo, maíz, soja y sorgo, además de criar vacas, en un campo de 3.500 hectáreas. Millet es un buen ejemplo de esa transición de lo puramente tradicional a la aplicación de la tecnología. «Siempre estoy tratando de adaptarme e innovar», dice, pero incluso los cambios más pequeños pueden terminar siendo errores costosos. Así que cuando Millet adoptó la plataforma ACA Mi Campo hace cuatro años, comenzó poco a poco. ACA, una cooperativa de 50.000 agricultores, ayuda a sus miembros a aprovechar la tecnología para conseguir cultivos de mejor calidad de manera más eficiente.